entre las ramas de tu enebro
a menos distancia
arcéstida dulce
belleza encastrada en un roce
besos que se visten
de seda suave
en color ocre craso
como pequeñas dobladas de esquina
de esa niña a la carrera
que asenderea en viento y broza
en tirabuzones
el camino volador de una hoja
así
así son los besos
que me encuentro
entre pasos y hojas
al doblar cada una esquina
que lleva a tu cuerpo
a tu cuerpo
a tus páramos de bozo y peca
a tus vértices de leche
a tu mar denso de sal
y estremecimiento
y al placer, regalado,
mandón y maduro placer
hasta en la tristeza
desde el agradecimiento
de dos guerreros con la victoria castrada
en un otoño de supervivencia
y serena felicidad encapsulada
en un rayo de luz solar
de millón de millas enviado
A menos prisa
de esa que el segundero exhala
sin sombrerero loco
sin mercader, ni prudente premura
sin traje invisible
o de mojado cartón,
ni pespuntes a hilo de oro
que guarden con fina puntada
nuestro pecho aprisionado,
te finges, bordado mi tulipán
amarillo
¡prisa, qué prisa tienes
por desaparecer del cuadro!
decolorada y turbia
desde arriba, furiosa
fingirte ajena
concentración desocupada
con sus bellas aves cetreras
con su mies y calamento
plácido escorar de suelo, dulces praderas
cuestarriba y cuestabajo
todo en mi recuerdo, mi bitácora escrita
como de una vida añeja,
de tu paisaje expulsado.
pero me tienes dentro
yo a ti también
no es poco
y te pongo en papel
del que se escribe con fuego
para que nadie te me olvide
ni borre
aunque uno acabe
sin perro y sin Penélope.
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