Un sueño para Apolo
Soñé contigo
de manera sorprendente
ilícita y desnuda
y todo ello
entre tierra ardiente
observándote
estremeciéndome tu canto
desde el Helicón
hasta el Parnaso
como Apolo que te cuida
o te condena.
Y tu voz
que me llega
como comida caída al suelo
como caléndula, en agua helada,
o sed nutrida con sal
o con savia elaborada.
Soñé con un manto fértil
para mis semillas
yermas
con ácido regadas.
Y
me quedé dormido
soñando por sorpresa
con los ojos como platos
calículo de párpados
sobre falsedad ornados
de esa tu mirada hueca
peán arrítmico
danza irreal
en busca de un abrazo.